Quietud latente
en un vaso transparente.
Hielos que emergen
para luego desaparecer.
En cada sorbo retengo el aliento
Respiro
Divago
y te conviertes en un pasajero
placer.
¿Quien dijo que eras mala compañía?
Hay que tener la mente fría
para disfrutar de tu embriagante lucidez.
La noche aun es tibia
y permanece en mi mente
tu sombra,(él)
utópica
insoluble
sombría.
¿Solo o con hielo?
Parece ser una pregunta
que trasciende en mi madrugada
que se resiste a adormecer.
Ingrid M. Stevens
Ingrid M. Stevens